Integrándose al nuevo milenio: La Iglesia y el Estado en tiempos de Facebook y Twitter

Por Eduardo Martínez Pérez

En las sociedades occidentales de hoy en día, la religión y los aconteceres políticos están dejando de ser temas satanizados para el común de la población, puesto que existe una mayor apertura ideológica propiciada en gran medida por el fenómeno de la globalización, que acabó por asentarse a principios de siglo con el boom de las llamadas Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), específicamente del internet, el cual ha favorecido que prácticamente se sepa lo que pasa del otro lado del charco en cuestión de minutos, así como también crear espacios en los que convivan, al menos de manera virtual, individuos de casi cualquier región del mundo.

Las ahora llamadas redes sociales, son sin duda, una herramienta indispensable para cualquier individuo, las cuales han facilitado la interacción, así como ser inclusivas y permitir que cualquier persona con acceso a internet pueda informarse con respecto a casi cualquier temática, sobretodo en temas de coyuntura y relevancia primordial. Tan es así, que casi la totalidad de medios de comunicación, sean estos impresos, televisivos o de radio, poseen portales en línea que facilitan la interacción con sus usuarios y les brindan la posibilidad de opinar sobre los contenidos expuestos, enriqueciendo así la dinámica social de la diversidad de pensamiento.

Resultado de imagen para redes sociales
Las redes sociales son parte de la vida de los individuos de países occidentales (Foto: Megri Digital)

Son precisa y paradójicamente, la sexualidad, la religión y la política, los temas que generan en los internautas de estas redes una mayor controversia y por consiguiente un amplio debate entre iguales, que sin poseer en su inmensa mayoría, conocimientos suficientes para generar un argumento convincente, suelen expresarse desde la experiencia propia o las fuentes que tienen a su alcance, siendo muchas veces recursos poco profundos en su labor investigativa y por lo tanto, susceptibles al error y la falsedad de datos e información, creando con ello, cadenas de rumores, que en casos extremos, pueden generar psicosis en el colectivo social.

El referente más cercano fue precisamente, derivado de una temática política, pues tras concretarse el llamado gasolinazo de principios de año, se propagaron rumores que apuntaban a protestas violentas que derivaron en saqueos a negocios y tiendas departamentales en diversos puntos de la zona metropolitana de la Ciudad de México, creando temor entre la población que incluso se encontraba en puntos lejanos a dónde se suscitaron estos hechos. Así de grande es el poder que han adquirido estas plataformas de información y comunicación modernas.

Pero retomando lo que concierne a esta publicación, es pertinente resaltar que incluso, estas tecnologías han sido aprovechadas por los sectores gubernamentales y eclesiásticos, impulsando su grado de influencia a sectores más juveniles, que dicho sea de paso, son quienes más utilizan las redes sociales. De este fenómeno, son claros ejemplos, el ahora expresidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama, quien se encuentra entre los cinco personajes públicos más seguidos en Facebook y Twitter. Incluso en estas mismas es posible darse cuenta del nivel tan alto de aceptación que posee el exmandatario entre los usuarios mexicanos, los cuales se dejan llevar por la jovialidad discursiva, unión familiar y principios morales que exhibe este en sus redes sociales, sin embargo de los cuales muchos ignoran por ejemplo, que fue durante su gestión que se deportaron a dos millones 858 mil 980 migrantes indocumentados, cifra que supera a la de cualquier otro representante ejecutivo de la Casa Blanca.

Resultado de imagen para barack obama redes sociales
Barack Obama se caracteriza por su excelente manejo de redes sociales, pues tiende a la emotividad y búsqueda de empatía. Exalta la unión familiar. (Foto:El periódico de Aragón)

Por su parte, el Papá Francisco, máximo jerarca de la iglesia católica apostólica romana, es también la muestra fiel de como el uso de las nuevas tecnologías ha permeado en sistemas institucionales altamente conservadores. Es este caso en especial, el que busca derrocar la barrera discursiva planteada por el francés Michael Foucault, en la que se establece que: “En toda sociedad la producción del discurso está a la vez controlada, seleccionada y redistribuida por un cierto número de procedimientos que tienen por función conjurar los poderes y peligros, dominar el acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada y temible materialidad”.

El sumo pontífice ha buscado romper de a poco con esta categórica y hasta ahora casi irrevocable afirmación, por medio de discursos conciliadores con los grupos intelectuales, mas no así con las cúpulas de poder, dejando clara su postura con respecto a ciertas prácticas deleznables en el ámbito político y social como lo son la corrupción, el abuso de poder, la represión y la intolerancia.

Incluso, en temáticas tabú, como la preferencia sexual, se ha declarado totalmente respetuoso y solidario con las causas de las personas homosexuales, acabando de tajo con la siempre postura homofóbica de la iglesia católica, estando plenamente consciente de la trascendencia de sus palabras y del repudio que despertará entre sectores no solo de su misma institución, sino entre los mismos creyentes, aunque bien es cierto que gana más de lo que pierde, debido a que los esquemas de pensamiento social incluyente y tolerante han ido evolucionando hasta ganar terreno a las creencias e ideas de antaño, demostrando que iglesia y sociedad pueden comulgar de manera pacífica.

Resultado de imagen para papa francisco es de izquierda
El papa Francisco y Fidel Castro en la visita del pontífice a Cuba (Foto: Archivo/El Universal)

Nos encontramos con que es indiscutible e indisoluble la relación que han forjado la también llamada Santa Sede y los diferentes órganos de gobierno mexicanos. Tras siete visitas papales a nuestro país es imposible negarlo. Aunque de todas estas, es sin duda alguna la última la que deja más cuestiones para analizar. Tras anunciarse que Jorge Bergoglio, jefe máximo del Estado Vaticano visitaría México, un gran sector de personas en redes sociales, en especial jóvenes de entre los 15 y 30 años mostraban su descontento, pues veían en esta una forma hipócrita de disfrazar los problemas de la nación y de apaciguar los ánimos encendidos en contra del gobierno. También se acusaba al Papa de encubrir prácticas corruptas y aberrantes entre el clero, en especial desvío de fondos y pederastia. Esto demostró la dualidad siempre presente en los discursos existentes en el mundo de Facebook y Twitter, pues a pesar de que el pontífice maneje una postura antisistema, este pierde credibilidad al relacionarse de manera directa con la clase política.

Son precisamente las redes sociales, las que han permitido traspasar esta tesis defendida por Foucault puesto que antes, por ejemplo, la figura presidencial en nuestro país llevaba consigo la investidura del respeto máximo de la ciudadanía, una figura intocable en todo sentido de la palabra, digna incluso de admiración e incuestionable en todos sus actos. Sus discursos estaban dotados de un poder indiscutible. Sin embargo, con el arribo de las nuevas tecnologías de comunicación y el acceso cada vez más sencillo a estas y los múltiples recursos multimedia que ofrecen, los agentes políticos han quedado expuestos a que se pueda saber más sobre ellos y sus gestiones, evidenciando cualquier error, traspié o práctica turbia que cometan, por tanto, sus discursos van diluyendo o acrecentando su valía ante la sociedad, de acuerdo a los actos expuestos, cayendo incluso en lo risible, si no, pregúntenle a Peña Nieto.

Referencias

2 comentarios sobre “Integrándose al nuevo milenio: La Iglesia y el Estado en tiempos de Facebook y Twitter

  1. Eduardo, estoy de acuerdo contigo en el hecho de que, al igual que Televisa, la Iglesia Católica ha tenido que recurrir a estrategias más modernas (que son del agrado de las y los jóvenes) ante la crisis de legitimación y la estrepitosa pérdida de adeptos que ha registrado durante los últimos años en México. Sobre la relación directa de Jorge Mario Bergoglio con la clase política mundial también se ha escrito, pues se asegura que el fue el gran mediador entre EE.UU. y Cuba para que estos dos países pudieran restablecer sus relaciones diplomáticas después de medio siglo de distanciamiento ( véase http://internacional.elpais.com/internacional/2014/12/17/actualidad/1418837510_239458.html). Y siguiendo con este mismo personaje, más que las reacciones de los jóvenes en las redes sociales ante el anuncio de que vendría a México, valdría la pena que analizaras su relación con el Estado mexicano y en qué medida su visita y el acogimiento que le dio el Gobierno de la Ciudad de México, encabezado por Miguel Ángel Mancera, lesionó o atentó contra el Estado laico que supuestamente es México.

    Sin más por el momento, me despido. Seguiré al pendiente de tus publicaciones. Saludos.

    Por Raúl Parra.

    Me gusta

  2. Qué tal, Eduardo.

    Tu entrada me parece muy prudente, primero por la temática y la relación con las redes sociales, las cuales prácticamente son un elemento más de nuestra vida cotidiana, pero que tienen distintos usos; algunos incluso que empleamos sin tener en cuenta las consecuencias de lo enviado o publicado.

    Como mencionas: «estas tecnologías han sido aprovechadas por los sectores gubernamentales y eclesiásticos, impulsando su grado de influencia a sectores más juveniles, que dicho sea de paso, son quienes más utilizan las redes sociales», es importante considerar que en ocasiones lo que uno publica en redes sociales no es congruente con las acciones de cada uno o que sin mayor dificultad se puede aparentar ser una persona mientras en el otro mundo el «real» se es otra, ¿qué se puede esperar de personas con gran influencia? conocedores del gran poder que puede llevar un mensaje. Como mencionábamos antes en clase, influye mucho lo que se proyecta; lo que parece sin necesidad de ser.

    Johan Corona Trejo.

    Me gusta

Deja un comentario